Dos amistades tan distintas y un mismo consejo
separado por años de lluvia, alegrías, mudanzas,
será que soy el mismo, más calvo y más viejo,
será que no he aprendido a vivir desesperanzas.
Entonces haré caso y tomaré más café conmigo...
¿por qué de mi lamento?¿porqués de mi tormento?
¿será porque acostumbré a ceder y en el momento
de exigir, dudo siempre en exceso y me desdigo?
Y el futuro se cierra en esta noche beoda de ismos...
Cada palabra es un órdago a chicas, perdedor de mús,
mejor que esta boca no sea mía, mejor no diré ni mú.
Cuando me pierda, beatus ille, en los abismos
donde otros muchos se perdieron antes que yo,
mi ego saldrá reforzado... aunque no caliente el sol.
No hay comentarios:
Publicar un comentario