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Pedro G. - A mi manera

Extraño diciembre sin profecías mayas
en el que me dejo azotar por la sinrazón
de un destino que, como decía la canción,
primero nos da champán y después cazalla.
 
A menudo el desasosiego me atenaza,
me deja inmóvil al borde del mismo abismo
donde discuto conmigo mismo,
cuando cada mañana es otra amenaza.
 
Y en el lugar donde siempre coinciden
los puntos muertos de nuestra existencia,
donde anidan las emociones de la primavera
 
me reencuentro con aquellos que nada piden
y tanto dan, brindando por la insolencia
de encajar los golpes a mi manera.
 
 
 
 
 
 
 

Pedro G. - Delirios febriles

Resignado a padecer la amigdalitis
que me toca por padre y ex-fumador,
cual tipo duro, zumo para el sudor,
me da un ataque agudo de mimitis.

Las décimas dicen que no al soneto
y el verbo vuelve a estar equivocado.
Ya quisiera yo afinar a Desafinado,
pero al acierto nunca me comprometo.

Y en ímprobo esfuerzo para cuidar
con fiebre a mi febril y agotadora criatura 
el espejo refleja cruel mi caricatura.

Y yo que me daba un aire a Tosar,
un buen canalla que no va a la gresca,
me veo leyendo rollos sobre la pesca...





Pedro G. - Sonatina

(que Darío me perdone)

Cristiano está triste... ¿Que tendrá este fulano?
Los suspiros se escapan a cualquier humano,
no importa el dinero, la belleza, la posición.
Cristiano está triste en su burbuja de oro,
quizá porque el PP ha repuesto los toros
en horario infantil en nuestra televisión.

En Los Yébenes cotiza al alza la doble moral.
Una edil regala videos caseros a cualquier buen zagal
que sepa rejuvenecer su instintos primarios.
Y el país, con toda la que está cayendo,
preocupado de si la concejala se está yendo
o se está viniendo, mostrando encantos mamarios.

¿Piensa Rajoy que ya se ha Merkelizado
o prometió hacerlo y no lo ha logrado?
Promesa arriba o abajo, qué más dará,
si a la vuelta de la esquina Euskadi y Galicia
medirán el efecto electoral; en primicia
adelanté que el Titanic nunca naufragará.

Y así muere la crónica anunciada de la semana
del país donde no brillan estrellas lejanas.
Aquí aprendimos a dárselas con queso
a cualquiera que intente subir el nivel
de Belén Esteban y de Jorge Javier...
que vuelvan Pajares y Fernando Esteso!!!






Pedro G. - Donde dije Andrés Montes



Mi infancia son recuerdos 
de hermosos goles narrados en la radio 


Donde dije Andrés Montes,
Manolo Lama, Matías Prats,
Maldini y Marcos López,
Rubén Martín, Héctor del Mar,

"casi Dios" Paco González, Trecet
Julio César Iglesias, Iñaki Cano,
Oli, Brontons, Toni Daimiel,
de la Casa, Segurola, Gozalo...

donde dije Pepe Domingo
y toda su alocada claque
(nunca encontré otra mejor)

ahora digo José Carmona Gilo,
digo basket, digo recomendar
bernabeu digital punto com.







Pedro G. - Mi mejor momento

Seguro que los mineros tienen la razón,
seguro que Europa diseña nuestro rescate,
puede que se esté Merkelizando la nación,
que los funcionarios sean carne de cañón...
pero aunque pueda pareceros un disparate
en medio de este tormento
vivo mi mejor momento.

No es que ya no me indigne. Que sí lo estoy. Y un Rato.
 Y deseo que la prima deje ya de joder.
Y me sonrojo al ver quién paga el tijeretazo...
pero mi psoriasis tiende a desaparecer
al disfrutar de mi hija y de mi mujer.
Me acuso de estar contento:
vivo mi mejor momento. 

 
 

Pedro G. - Diez dos de junios

Hoy que se cumplen diez años
lo que sigue doliendo es la ausencia.
Si pudieses hablarnos del engaño
de mi hermano... silencio... prudencia.

Nos preguntan qué hacer pasados
diez dos de junios, tristes como hoy.
Me olvido de recuerdos envenenados,
fuimos francos, sabes como soy.

En fin, ya sabes, La Paz, la palmera
la UVI, la tarde, la consternación...
maldito mundial de Japón y Korea...

maldito domingo, maldita habitación,
maldito cáncer, maldita dejadez,
benditos recuerdos de mi niñez.



Pedro G.- Tarde de viernes

Paseando por esta avenida ajena
releo el porvenir de mi pasado
cansado de no hallar lo imaginado,
gato por liebre a la hora de la cena.

Calculo las nubes de mi pereza,
invento nostalgias, evito bares
de café con dos juegos malabares
que ofrecen mi verdad a tu tristeza.

Converso con los grises adoquines,
maldigo a las gaviotas carroñeras,
recuento en una flor cien primaveras.

Y emprendo, antes de que tú termines,
la ruta que nos llevará a Macondo...
salvo que no hayamos tocado fondo.
 



Pedro G. - A Josese, muerto de envidia


Mira que eres canalla, ruin...
mereces castigos, embargos,
poner los dientes tan largos
a aquellos que no pudimos ir.

Y descubriendo la misma ciudad,
seguro que tan igual y tan distinta...
noches eternas, urbe variopinta
fabricando nostalgias, felicidad.

Leiva es grande, La Riviera también,
la Sala Clamores... todo está bien...
pero después de leer lo que leo

siento decirte que para poder doctorarte
necesitas ver a Krahe (¡Dios, qué arte!) 
una noche inspirada en la Sala Galileo.

Don Javier Krahe actuando en la Sala Galileo





Pedro G. - Las ocho y poco

Quiero decirte ahora
que son las ocho y poco
y tengo que acostar a la pequeña
descargar el lavaplatos
tomarme el ibuprofeno
preparar algo liviano para cena
y buscar en los cajones por si encuentro 
los versos del último insomnio,

que la primavera, 
y eso que ahora son las ocho y poco 
del primer día del equinoccio,
está resultando apacible
territorio fértil y acogedor
donde el espíritu se reconcilia
conmigo, contigo, con todos
al primer deshielo del alma
al menor indicio de ternura
al simple asomo del cariño

por eso sé
ahora que son las ocho y poco
y que ya hablé con Miri
que acabé la novela,
recogí lo que quedaba
y fumé otro pitillo,
que por segundos como estos
que das, que regalas 
tu generosa capacidad de mostrarte tal cual
tan radiante
sólo por eso, 
por esa pequeña parte de ti,
 merece la pena sobrevivir cada invierno. 



Claude Monet - Primavera





Pedro G. - 7 de febrero

Maldigo a los Eufemiano, a los Padilla,
Manolo Sainz, "Dopantes sin Fronteras"
por los que ayer condenaron a galeras
al de Pinto.... ¡TAS! ¿chuletón o empanadilla?

Gallardón, a su modo, lo ve constitucional
pero el recurso pepero no se ha retirado
¿será que entre dos aguas es cómodo nado?
demagogia barata del sí quiero homosexual.

Chacones lejanos en ejecutiva Rubalcaba
¿Qué ha hecho ella para merecer esto?
guión almodovariano, socialismo funesto.

Y en el abracadabra que nunca se acaba
hoy zarpan en el Titanic Sabina y Serrat.
Hoy vuelve la magia. Hoy se puede soñar.

Pedro G. - Invierno que pasa

Hace siglos que el invierno
muere siempre en primavera.
Frente a un alma sincera
no hay fuerzas en el averno.

Pronto florecerán sueños
que no me atreví a soñar,
me olvidaré de empeñar
mi fe en tu casa de empeño.

Como dijo un gran poeta
"todo pasa y todo queda"
y lo peor ya ha pasado.

Y de lo que ha de quedar:
tu ternura, la verdad
y este verso equivocado.

Pedro G. - El verso

Aunque confieso que ya no me enerva
hubo un tiempo en que soñé que escribía
un verso que te arañaba, te conmovía
y me acercaba al Templo de Minerva.

Era un verso que he perseguido a tientas
entre poetas malditos (benditos poetas)
cantantes orates, sabios y falsos profetas.
Jamás lo alcancé, aunque tú me mientas.

En la encrucijada inicial de cada soneto
asoman sus rostros pasión y lamento,
la ilusión y el tormento de cada momento.

Y busco el verso. Sólo ése. Te lo prometo.
Leerlo en otros me ayuda a sentirme más vivo
aunque he dejado de soñar que yo lo escribo.

Recreación del Foro de Nerva (Roma)
con el Templo de Minerva al fondo


Pedro G. - Revisando canciones...

Revisando canciones, llega Ismael Serrano
y rechazo nostalgias repasando los versos
donde anidan sombras de días perversos,
cuando en cada otoño se moría otro verano.


"El espejismo de intentar ser uno mismo"
con Luis Eduardo reivindicando verdades
que nunca satisfacen todas las necesidades
de un alma fichteana enferma de idealismo,


me lleva de sábado a viernes, y viceversa,
por senderos infestos con aromas a derrota.
Tres cigarros, dos toses y un cuerpo de jota.


Y así llegué al maestro ¿o fue a la inversa?
¡qué más da!... si lo que quería decirte es
que rosal que no muere florece otra vez.
 
 

Pedro G. - Ya llegan las navidades

Ya se acercan las navidades.
Con sus sonrisas injustificadas,
con sus fríos y con sus heladas, 
sus atracones, sus soledades...
ya llegan las navidades.


Con los mismos escaparates,
sus luces, sus adornos excesivos,
con su lotería, sus cutrevillancicos,
sus desvaríos y sus vaguedades...
ya llegan las navidades.


Con su ritual familiar, sus festividades,
con sus borracheras y todas sus resacas,
sus gritos y sus innumerables tracas,
con sus regalos y sus vanalidades...
ya llegan las navidades.


Con sus centros comerciales,
con su belén y su Dios padre,
otro año más, no hay quien lo pare,
con sus mentiras y sus verdades...
ya llegan las navidades.

Pedro G. - Paisaje otoñal de una persona concreta

Y las hojas no cesan de amarillear,
caer, cubrir los paseos y jardines,
y la lluvia resbala sobre adoquines
que oxidan los resortes de la ciudad.


Ante un otoño que ni cede ni cesa
un alma, la tuya, abre las ventanas
ventilando tus males esas mañanas
que el Rey David cantaba por sorpresa.


Y las nubes cubren grisáceos cielos
hartos ya de estar hartos de observar
como huyes del olvido a los miedos,


de la sonrisa a la locura de verte llorar,
del mundo por montera al rezo de credos
que sólo existen para poderte ayudar.

Paisaje otoñal con cuatro árboles (Vincent Van Gogh)

Pedro G. - Maldita jornada de reflexión

Sin nada que decir ni que mostrar,
recojo barajas de ases sin comodines
y resuelvo mis dudas en sanedrines
de sabios que me enseñan a soñar.


Confieso mi recuperada estabilidad
a todos aquellos que me lo preguntan,
aunque desconozco lo que barruntan 
los designios caprichosos del azar.


Y puestos a delirar, pues reflexiono,
y me veo de cómplice por omisión,
pero el sólito delito me perdono.


Además, ya pequé en otra ocasión
y al recordar pasados me decepciono...
maldita jornada de reflexión.





Pedro G. - Admiración

Ejemplo de mediocridad.
Ni me sobra talento
ni me falta vanidad.
De reflejos, lento.


Como amigo, ni fu ni fa.
Como amante, discreto.
Como marido voy mal.
Como padre, un respeto.


Y sin embargo tú
tan... tan...
abrumadoramente tú.


Mujer ante el espejo (Pablo R. Picasso)



Pedro G. - Mermelada de otoño

Mermelada de otoño,
dulce lenguaje,
compota de tristeza,
vil vodevil,
cortado sin azúcar
para otro invierno,
nana de la luna
del porvenir.

Sonrisas y otros tedios,
fin de semana,
verbena con orquesta,
vuelta al hogar,
dos ojos que me miran
sin ser mirados,
dos besos, dos abrazos,
punto y final.

Lírico (Wassily Kandisky)

Pedro G. - A pesar de todo y pese a todos

Aunque no pases un día sin reincidir
pese al continuo propósito de enmienda,
aunque la esperanza te joda la merienda
y el presente imperativo del verbo existir.

Aunque el otoño esté tardando en acudir
y el verano ni siquiera se haya presentado,
aunque esta fiesta de guardar se han olvidado
aquellos a quien ya nunca volverás a insistir.

A pesar de todo y pese a todos, sabes
que el tiempo que disponga estaré a tu lado
como sabes que otros estarán también.

A pesar de todo y pese a todos, naves
y bares quemaremos en este Orión helado.
Por los siglos de los siglos. Amén.

Pedro G. - Lectura alcoholizada de la prensa cerrando un bar

Más de lo mismo se lee hoy en los diarios.
- Menos es nada.- me dijo el camarero:
- Rubalcaba, Rajoy, poco dinero,
Berlusconi, Strauss-Khan... ¿te hace otro Larios? -

- Llega el otoño, con la que está cayendo.-
- Hablando de caer, el satélite caerá en Chile.
Y oye, Olé tu Betis, que musha güasa, pero va de líder.-
- Menos güasa, que ayer acabamos sufriendo.-

- Y Grecia se va al tacho si la Merkel no lo impide.-
- Podíamos mandarles unos años a Esperanza Aguirre.-
- No me jodas, que a esa nadie se la merece.-


- ¿Y lo de Palestina? A Obama se le va la olla a veces.-
- Esta claro que la ONU ya no es nada. ¿Qué te debo? -
- Págame sólo dos cubatas, que te invito al tercero.-

Casablanca (Michael Curtiz)