Cansado de leer siempre los periódicos de ayer
me refugio en la sana risa de lo que no importa,
en la hermosura y compostura del verbo perder,
huyendo de la hernia, de la quimio, de la aorta
de la impostura, del agobio, la tensión contenida,
acudo raudo a la trinchera donde suelo guarecerme,
al lugar donde me buscan cuando suelo esconderme
las personas que siguen importando en mi vida.
Del ponme un trago más que hoy cierro contigo
a tumbarme con mi dulce princesa a verla dormir,
has pasado los años, pero el lugar es el mismo.
Antes de ayer estaba en Madrid, hoy está en Vigo
el lugar donde regreso cuando el destino intenta zaherir
y la nostalgia infesta la memoria tan cerca del abismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario