Pareces tan gentil y tan honesta
que todos callan cuando los saludas
porque mientras sus ojos te reflejan
temblorosas sus lenguas quedan mudas.
Cuando te vas sabiéndote adorada,
simulas humildad, y esa inocencia
que parece venida desde el cielo
a mostrar un milagro: tu existencia.
Los ojos que te ven así gozarla
llevan al corazón una dulzura
que solo entenderían al probarla
en los labios que escriben con sus curvas
esa palabra muda, que es tu aliento
suspirándole a tu alma: "soy tu sueño"
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