recupero todo aquello que no fui,
desecho versos, ando en mi nube,
me instalo en la ciudad de donde huí.
Repaso las lecciones aún no olvidadas,
olvido las canciones que no recordé,
curo las heridas que están cicatrizadas,
maduré para poder volver a la niñez.
Acelero el ritmo para quedarme quieto,
ansioso de viajar sin saber dónde ir,
sabiendo, sin querer, lo que no quiero.
Ni puedo prometerte, pero te prometo
que buscaré por siempre un final feliz
tan cansado de esperar, que aún te espero.
Amariilo-rojo-azul (Wassily Kandinsky) |
No hay comentarios:
Publicar un comentario