Aunque no pases un día sin reincidir
pese al continuo propósito de enmienda,
aunque la esperanza te joda la merienda
y el presente imperativo del verbo existir.
Aunque el otoño esté tardando en acudir
y el verano ni siquiera se haya presentado,
aunque esta fiesta de guardar se han olvidado
aquellos a quien ya nunca volverás a insistir.
A pesar de todo y pese a todos, sabes
que el tiempo que disponga estaré a tu lado
como sabes que otros estarán también.
A pesar de todo y pese a todos, naves
y bares quemaremos en este Orión helado.
Por los siglos de los siglos. Amén.
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