Revisando canciones, llega Ismael Serrano
y rechazo nostalgias repasando los versos
donde anidan sombras de días perversos,
cuando en cada otoño se moría otro verano.
"El espejismo de intentar ser uno mismo"
con Luis Eduardo reivindicando verdades
que nunca satisfacen todas las necesidades
de un alma fichteana enferma de idealismo,
me lleva de sábado a viernes, y viceversa,
por senderos infestos con aromas a derrota.
Tres cigarros, dos toses y un cuerpo de jota.
Y así llegué al maestro ¿o fue a la inversa?
¡qué más da!... si lo que quería decirte es
que rosal que no muere florece otra vez.
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