no podía tener más cualidades
para Cristina, putas navidades,
annus horribilis, triste monarca.
Ceniciento con mañas oligarcas
de Pedralbes, vánitas vanidades,
por fin salen a flote otras verdades
sobre el yerno que en Washington aparca.
La infanta sólo tiene dos opciones:
divorciarse o pasar de sucesorios
derechos a ceñirse la corona.
Prófugos de Zarzuelas y toisones,
ultramarino fue su purgatorio,
con lo bien que vivían en Barcelona.
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