Pedro G. - Cuesta de enero

Cuando llega la hora de los valientes,
cuando estalla la guerra de lo cotidiano,
cuando se trata de apretar los dientes
y de tender, de nuevo y más firme, la mano.

Cuando cada palabra de aliento es un mundo,
cuando un gesto cariñoso es una utopía,
cuando un abrazo es un tesoro de un segundo
y una mano caliente templa a la mano fría.

Cuando tanto me necesitas y cuánto te necesito,
cuando el insomnio se instala en la cama,
cuando la obligación de la piel que habito

es defender la alegría a cara de perro,
es abrir presuroso cuando tú me llamas,
es superar nuestra cuesta de enero.

1 comentario:

Unknown dijo...

Ole Maestro, con este poema es como subir en ascensor.